viernes, 20 de noviembre de 2009

Fotografía macro con objetivos invertidos

La fotografía macro es una técnica muy usada. Se trata de fotografiar objetos pequeños desde muy cerca para captar todos sus detalles.

Sin embargo, existe otra técnica un poco extraña pero muy interesante que consiste en darle la vuelta al objetivo y poner mirando la parte frontal hacia el sensor. Para ello necesitamos un anillo inversor que nos permita sujetar el objetivo a la bayoneta de la cámara enroscándolo a éste. Los inconvenientes de esta técnica es que perdemos el enfoque automático y el estabilizador de imagen del objetivo, pues el objetivo no está conectado electrónicamente a la cámara.

A diferencia de los tubos de extensión, con el anillo inversor ganamos en luminosidad y definición en la foto. El problema es que tenemos que acercarnos bastante a lo que vayamos a fotografiar, por lo que si vamos a fotografiar insectos, quizás éstos no estén muy por la labor de colaborar. La ventaja de usar un tubo de extensión es que no perdemos el enfoque automático de la cámara, como sí ocurre con el anillo inversor.



 Lo más aconsejable es que usemos objetivos de focal fija (un 50mm equivale a tamaño 1:1) y cuanto más angulares mejor un (28 mm equivale a tamaño 2.8:1). Lo que no podemos hacer es utilizar teleobjetivos, pues conseguiremos el efecto contrario y la foto se verá más pequeña. Aunque debemos llevar mucho cuidado, pues cuanto mayor es el grado de magnificación, la profundidad de campo se reduce. Por ejemplo, en una magnificación de 5:1 sería difícil tener un milímetro del objeto enfocado.

Lo bueno del invento es que es bastante económico y podemos comprarlo por Ebay a partir de los 15 euros.

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